29 octubre 2008

epicuro va en autobús por londres

Una campaña en favor del ateísmo pretende contratar anuncios desde enero en los autobuses de Londres con el texto:
Probablemente no hay Dios. Deja ya de preocuparte y disfruta.
La propuesta de la Asociación Humanista Británica es apoyada y financia la iniciativa el biólogo y ensayista Richard Dawkins, quien pretende de esta forma "hacer pensar a la gente, algo que es anatema para la religión".

Ya Epicuro, nacido el 341 antes de Cristo y muerto en Atenas el 271, dijo lo mismo de manera más rotunda. Creador de la ética hedonista recibía con estas palabras a todo recién llegado al Jardín de Epicuro:
Aquí morarás en el bienestar. Aquí el bien soberano es el placer.
Epicuro rompe de manera definitiva con la concepción de un mundo cimentado sobre la religión y el recurso a los mitos.

Paralizada por el temor del juicio de los dioses y de la muerte, el alma atormentada del hombre no puede acceder al placer. La misión de su filosofía será pues ante todo terapéutica: cuidar la enfermedad del alma y enseñar al hombre a vivir el placer verdadero.

Epicuro afirma que "no se debe temer a los dioses", pues, para existir, viven en el Olimpo, muy lejos de preocuparse de los mezquinos asuntos humanos. Los dioses, por otra parte, no están incluso ni en el origen del Universo. Son los átomos quienes, al desviarse en su trayectoria, entrechocan y lo forman.

Pero sería igualmente una tontería temer a la muerte, que "nada tiene con nosotros pues, mientras vivimos, la muerte no está aquí y, cuando ella está, nosotros ya no estamos aquí".

26 octubre 2008

churros de la mañueta


En mi infancia había dos churrerías que yo recuerde. La de La Estrella, en la calle Eslava, y la de la Mañueta. La de La Estrella se encontraba al lado de una tienda de ortopedia y enfrente del parque de bomberos. Mientras hacían la compra yo me entretenía con el museo de los horrores que era el escaparate de la tienda y con los pequeños camiones Magirus de los bomberos.

En la de la Mañueta quedaron grabadas en mi memoria unas jaulas hechas con madera y alambres y que simulaban palacios orientales. Ayer volví a verlas. Las jaulas que nadie parecía recordar existían.

Hace tiempo que estas antiguas churrerías cerraron, pero la de la Mañueta sigue abriendo en ciertas fechas: los domingos de octubre y las fiestas de San Fermín. Los nostálgicos clientes, que son muchos y siempre tuvieron estos churros por los mejores de la ciudad, vienen a aprovechar la ocasión.

Después café o chocolate en el Iruña.

25 octubre 2008

por el casco viejo



Comienza el paseo por los jardines de la Taconera, kiosco El Vienés y Plaza de las Recoletas. Al iniciar la calle Mayor nos encontramos a la izquierda con la calle San Lorenzo y a la derecha la calle San Francisco. Todas las calles, menos el eje de la Mayor, que es camino de Santiago, son curvas por ser concéntricas.

Seguimos por San Lorenzo hasta la siguiente encrucijada donde tomamos la calle Jarauta. Por la calle Eslava viene mucha gente que acaba de subir en el nuevo funicular desde la Rochapea. Los seguimos hasta la calle Mayor. En ella vemos el Palacio del Condestable, recién restaurado, el singular edificio, como todos los suyos, del arquitecto Arteaga, la iglesia de San Cernin y una antigua belena donde se han hecho trabajos de excavación que han sacado a la luz los arcos que soportaban una antigua muralla y una torre de base cuadrada.

Una bonita tienda de flores y otra de frutas con una lámpara de cristal digna de un salón barroco. El Ayuntamiento, Chapitela, Mercaderes y al iniciar la Estafeta unos ladridos. Los días son ya cortos y se ha hecho de noche.

En Beatriz la cola de clientes sale hasta el centro de la calle. En el escaparate sus sabrosos productos. La Casa del Libro, en frente La Coloniale, al lado Mesón del Pirineo y en frente, justo a las escalerillas el bar Hemingway.

Calle San Nicolás y en la plaza el castañero. Otoño.

24 octubre 2008

por el Portal de Francia


Si en la anterior postal hablábamos del nombre de construcciones militares de las antiguas y más modernas plazas de la ciudad, hoy vamos a seguir, sin querer con el mismo motivo.

No todo van a ser terrazas en este otoño soleado, seco y con temperaturas casi veraniegas. El buen tiempo también invita al paseo. Saliendo por el Camino de Francia, ruta de peregrinos que van a Santiago, pasamos por la calle Navarrería, desde la que se ve una de las magníficas torres gemelas de la fachada neoclásica de Ventura Rodríguez, fachada que aún sigue sin ser comprendida.

Enfilamos la calle del Carmen, antigua rúa de los Peregrinos, y alcanzamos la quinta y cuarta puertas que debían sortear los invasores que quisieran asaltar la ciudad. La quinta puerta estaba dotada de rastrillo. El camino entre puerta y puerta va describiendo una línea quebrada, enfrentándose cada tramo a fuego de artillería y fusilería.

La tercera puerta tiene, además de la puerta, un puente levadizo, todavía en uso, que una vez levantado hace de contrapuerta. A partir de aquí seguimos por los fosos dejando a la izquierda las otras dos puertas.

Cruzado el río, parque de Irubide, escultura moderna y una iglesia que me recuerda remotamente a un edificio de las antípodas. Vuelta por el viejo puente (los bocinazos son para mí, el conductor sonríe comprensivo) al fondo, sobre los árboles, la catedral.

23 octubre 2008

terrazas



Este mes de octubre de 2008 ha sido una prolongación del verano, que ha permitido disfrutar de las terrazas de los cafés. Las primeras imágenes corresponden a la Plaza del Baluarte, donde una arquitectura geométrica, fría y oscura, parece como si atemorizara a los pobres arbolillos que no se atreven a crecer. Aquí la terraza hoy no la han montada y los clientes tienen que pasar al interior de la popular pecera.

En el centenario Café Iruña de la Plaza del Castillo, en esta ciudad parecería que todas las plazas tuvieran nombres de construcciones militares, están rodando una película. Un camarero sirve una y otra vez el mismo café a un cliente actor, mientras una joven pasa por delante de la mesa.

Una panorámica de la Plaza protagonizada por un voluntario que, de pronto, se detiene y otea el horizonte en contraluz.

Y del exterior al interiordel Iruña. Las mesas ya están preparadas para la comida. Nueva panorámica desde la esquina sureste de la plaza y comida en la terraza del Baviera, lado norte de la plaza, terrazas de sol.

22 octubre 2008

trabajos de internet perdidos

Ayer las cosas que tenía que hacer fuera de casa sólo eran superadas por las que tenía que hacer en ella. Así que un día más me quede sin salir. El tiempo tampoco acompañaba.

Café, tostada con mermelada y prensa. El periódico local con el que más que leer se abanica, porque no se encuentra donde detenerse un momento a leer algo. Una página, otra página, otra página, las de deportes en bloque, esquelas, agenda y televisión y ya estamos en la contraportada.

Lectura del correo-e, de los blogs y trabajo atrasado en el ordenador. Cuando termino yaa es la hora de comer. Hoy sin Martini Bianco en el Anaitasuna.

Por la tarde tarea de laúd. Pero Dios mío, cuando voy a aprenderme la nota que representa esa golondrina posada en el alambre más alto del tendido eléctrico. Y eso no es más que la mitad del problema, porque en qué cuerda del laúd y en que traste se encuentra esa nota. A practicar.

Alterno el laúd con el ordenador. Quiero hacerles una sitio web a los de la Asociación Musical donde voy a recibir clases. Vuelvo a la tarea del diseño de las páginas y a la maldición de Sísifo de subirlas al lugar de alojamiento. Ahora hay pocos lugares donde puedan alojarse gratis las web personales y al único que encuentro hay que pagarle el peaje de soportar publicidad. Para evitar esto, leo en un foro Todoweb que basta con añadir al final de cada página unas líneas en código HTML. El resultado puede ser errático –dice. Así es. Media tarde de trabajos de internet perdida. ¡O no!

13 octubre 2008

ibrahim

La semana pasada conocí a Ibrahim. Primero llamó por teléfono. Enseguida supe que se trataba de un amigo marroquí, cuando al minuto de no coger el teléfono volvió a sonar y así hasta unas diez veces seguidas a intervalos de un minuto. Este es el sello marroquí. No suelo coger el teléfono, porque interrumpe mi trabajo y el que llama siempre puede dejar un recado que atenderé gustosamente cuando pueda. Al final sucumbí y antes de que pudiera decirle que por favor no me llamara por teléfono de esa manera, que dejara un mensaje, ya había concertado una entrevista cuya finalidad no pude entender muy bien cuál era.

A la mañana siguiente me esperaban Ibrahim, Abdelkader y uno nuevo llamado Mohamed, primo del anterior, sentados en un velador de la terraza del pueblo. El día era soleado, aunque todavía fresco a esas horas. Me senté con ellos. Ibrahim es distinto a los otros. No tiene el aire rudo de hombre de campo sino de universitario, acentuado este aspecto por sus gafas de diseño europeo. Naturalmente pretendía que añadiera a mi lista de contratados a uno más para que pueda obtener el permiso de residencia. Mi lista supera ya a la de Schlinder. Le puse algunas objeciones de tipo legal, pero el me contestó que yo era un hombre bueno y que Alah estaba conmigo y me protegería. Con esta seguridad lo contraté. Celebramos la firma del contrato con zumo de naranja, mosto y café.

Ibrahim vino la primera vez en patera y fue devuelto a Marruecos. En un segundo intento consiguió quedarse y trabajó en la construcción de un campo de golf por Málaga. Su sueño es volver a Marruecos y hacer algo por su país. Quiere hacerse con un pequeño capital para terminar de pagar unas tierras que ha comprado allí.

–Pero tienes trabajo en Marruecos.

–Si, en una asociación cultural. Soy su presidente.

–¿A qué se dedica esa asociación?

–A enseñar a leer y a escribir a jóvenes bereberes que vienen a la ciudad. En las montañas de donde son no hay escuelas y ni se habla árabe.

–Y cuanto ganaría al mes.

–¡Oh nada! Cero céntimos.

–Y de qué vas a vivir

–Del cultivo de la tierra que he comprado.

Os imagináis la vida placentera de este hombre que dedica todo el día ha hacer el bien a los demás ha cambio de nada y sólo, lo repitió varias veces en la conversación, porque haciendo el bien a los demás se lo hace así mismo.

En junio, cuando hayan conseguido los ansiados papeles van ha ir a Marruecos a ver a sus familias y quieren que les acompañe. Creo que debería hacerlo.

09 octubre 2008

la crisis inmobiliaria

Lo que tiene que pasar pasa y es inevitable. Los pesimistas pensaban que la burbuja inmobiliaria explotaría violentamente, los optimistas creían que iría desinflándose poco a poco. La población no ha crecido al mismo ritmo que el número de viviendas y el precio de éstas aumentaba desmesuradamente al convertirse en un producto para la inversión especulativa, lo que nunca debió dejar de ser un bien de primera necesidad.

Al exceso de oferta acompaña un descenso en el precio, pero esto que en un principio podría ser una buena situación para el comprador también se vuelve en su contra, salvo que tenga el dinero suficiente para comprar sin tener que pedir un crédito hipotecario. Precisamente la gran crisis de activos financieros en EEUU se debe en haber dado créditos hipotecarios en un mercado inmobiliario a la baja.

La cuestión es simple. Si en un mercado inmobiliario, en el que los precios de los pisos es de un 15% anual, un joven de 30 años pide un crédito para comprar un piso, que el banco valora en 200.000 euros, le entrega 180.000 euros que debe pagar en 30 años, a razón de 1.000 euros al mes. Si a los cinco años se declara insolvente y el banco le embarga el piso, éste ha ganado los 60.000 euros de las mensualidades de la hipoteca y un piso que se ha revalorizado al 10% anual y que ahora vale 292.820 euros. En total 352.820 euros menos los 180.000 euros que entregó al desafortunado cliente, lo que hace una ganancia neta de 172.820 euros, ¡casi un 20% anual!

La situación actual es la inversa. Se oye decir que los bancos no prestan porque no tienen dinero. Aunque lo tuvieran, no lo harían en el sector inmobiliario. Volvamos al caso anterior. Si el piso de 200.000 euros, a los cinco años vale sólo 120.000 euros, el banco recuperaría únicamente lo prestado. La ganancia sería cero, que es la nada, el horror vacuii de los bancos.

02 octubre 2008

de las crisis

Hasta estas tierras tan remotas han llegado noticias de la crisis. Todos hablan de ella y todos aseguran que la padecen... otros. Yo, gracias a Dios, soy de los afortunados que no la padece y por los ámbitos que me muevo no veo señales de ella. La terraza donde tomo el Martini Blanco sigue llena, después del aperitivo el comedor se llena, la circulación por la autovía indica una actividad económica saludable, los fines de semana no parece que haya que dejar el coche en casa por la carestía del combustible y a todas horas el tráfico en la ciudad está al borde de la congestión.

Esta crisis en realidad son dos: la gran crisis financiera de Wall Street, que para los alemanes después de este desaguisado ya nunca será el centro financiero mundial, y la crisis inmobiliaria española.

La crisis financiera de Wall Street es algo tan simple como ofrecer créditos hipotecarios sin ninguna garantía de cobro por medio de unos agentes que cobran según el número de hipotecas que hagan. Luego con estas hipotecas basura (subprime suena mejor) se hacen unos paquetes que se los van vendiendo unos bancos a otros por precios astronómicos ganado en cada transacción cuantiosos porcentajes. Si esta cadena se rompe, porque algún infeliz se le ocurre preguntar que contienen esos paquetes, ocurre la hecatombe. Si quiere reír un rato vea una magnífica explicación de estos hechos en http://www.youtube.com/watch?v=pFmYIFk5i1Q .

A la crisis anterior, en España, se ha sumado con cinco años de retraso la crisis inmobiliaria. Esta crisis tiene, como todas, su parte negativa y su parte positiva. La parte negativa son los puestos de trabajo directos e indirectos destruidos. La parte positiva puede ser que no se utilice la vivienda como un bien seguro para invertir y especular, sino como un bien de primera necesidad y que bajen los precios de las viviendas haciéndolas más asequibles para los jóvenes que las necesitan como primera vivienda.