Por fin se ha cumplido aquella promesa, de un antiguo aspirante a la alcaldía, que prometió traer el mar a Pamplona si salía elegido. Donde todos los pamplonese pensábamos que se estaba construyendo la nueva Estación de Autobuses se está haciendo una dársena, esa parte resguardada artificialmente, en aguas navegables, para la cómoda carga y descarga de embarcaciones.
La dársena, en un plano de detalle que hoy se publica en el diario local, tiene un original diseño circular provista de muelles radiales, con un espacio en el que andan las personas que cuidad del embarque y desembarque de los géneros, de los que vienen a embarcarse o desembarcan, o que vienen a este paraje para esparcirse o con otro objeto. Este espacio sobre los muelles, como no podía ser de otra manera, recibe el nombre de andén. El mismo nombre recibe el espacio que con similar fin se encuentra en las estaciones de ferrocarril y de autobuses.
21 febrero 2007
18 febrero 2007
el velo oscurece su mente
Bajo el título Maltrato, velos, ecuatorianos, moros... ¿en Europa?, en el foro de un diario local, Cibeles da rienda suelta a su malestar, que debe ser mucho.
Le producen muchos retorcijones últimamente ver como derechos y costumbres que nos han costado siglos adquirir en cuestión de igualdad de sexos, con la llegada de muchos inmigrantes (no todos ¡por díos!), se ven ninguneados y violados.
Le chirría el organismo ver (sic) y leer como ecuatorianos, colombianos, magrebiés, etc. amedrentan, maltratan y matan a sus señoras, amigas e hijas y cuando veo a las musulmanas con las cabezas tapadas me dan ganas de arrancarles las telas.
¿Porque no se prohibe los velos? En sus países también tenemos que adaptarnos a sus reglas de vestimenta. Los maltratadores los devolvería a todos a sus países, con prohibición estricta de volver por aquí. ¡Que cada país apechuge con sus delincuentes! Nosotros ya tenemos bastante con los nuestros.
Yo lo veo de otra manera. Los derechos que nos han costado siglos adquirir son derechos no obligaciones. En cuanto a las ancestrales costumbres son las que tanto esfuerzo nos cuesta desembarazarnos de ellas, como la de llevar velo.
Llevar la cabeza cubierta con velos, mantos, mantillas o pañuelos ha sido una costumbre casi universal entre las mujeres. Recuérdense nuestros trajes regionales y los del resto de Europa. El uso del pañuelo era corriente hasta los años 50 y la mantilla era obligatoria para entrar en las iglesias. En los hombres también era costumbre ir cubiertos por una prenda de cabeza y era obligatorio quitársela al entrar en lugar cubierto, especialmente la iglesia.
No estoy a favor de la prohibición del uso del velo porque he evolucionado y ya no soy como ellos, anclados en costumbres ancestrales que terminarán desapareciendo. Que yo recuerde sólo en Arabia Saudí, estado teocrático, en el que se encuentra la Meca y Medina, se obliga a las mujeres extranjeras que lo visitan a guardar los preceptos musulmanes.
Respecto a los maltratadores de mujeres de los que a diario nos informan los medios de comunicación la mayoría son nacionales, en valores absolutos y porcentuales. Con los maltratadores extranjeros ya se hace lo que Cibeles pide.
Le producen muchos retorcijones últimamente ver como derechos y costumbres que nos han costado siglos adquirir en cuestión de igualdad de sexos, con la llegada de muchos inmigrantes (no todos ¡por díos!), se ven ninguneados y violados.
Le chirría el organismo ver (sic) y leer como ecuatorianos, colombianos, magrebiés, etc. amedrentan, maltratan y matan a sus señoras, amigas e hijas y cuando veo a las musulmanas con las cabezas tapadas me dan ganas de arrancarles las telas.
¿Porque no se prohibe los velos? En sus países también tenemos que adaptarnos a sus reglas de vestimenta. Los maltratadores los devolvería a todos a sus países, con prohibición estricta de volver por aquí. ¡Que cada país apechuge con sus delincuentes! Nosotros ya tenemos bastante con los nuestros.
Yo lo veo de otra manera. Los derechos que nos han costado siglos adquirir son derechos no obligaciones. En cuanto a las ancestrales costumbres son las que tanto esfuerzo nos cuesta desembarazarnos de ellas, como la de llevar velo.
Llevar la cabeza cubierta con velos, mantos, mantillas o pañuelos ha sido una costumbre casi universal entre las mujeres. Recuérdense nuestros trajes regionales y los del resto de Europa. El uso del pañuelo era corriente hasta los años 50 y la mantilla era obligatoria para entrar en las iglesias. En los hombres también era costumbre ir cubiertos por una prenda de cabeza y era obligatorio quitársela al entrar en lugar cubierto, especialmente la iglesia.
No estoy a favor de la prohibición del uso del velo porque he evolucionado y ya no soy como ellos, anclados en costumbres ancestrales que terminarán desapareciendo. Que yo recuerde sólo en Arabia Saudí, estado teocrático, en el que se encuentra la Meca y Medina, se obliga a las mujeres extranjeras que lo visitan a guardar los preceptos musulmanes.
Respecto a los maltratadores de mujeres de los que a diario nos informan los medios de comunicación la mayoría son nacionales, en valores absolutos y porcentuales. Con los maltratadores extranjeros ya se hace lo que Cibeles pide.
neoclásico
Van a limpiar la fachada de la catedral. Con tal motivo, algunos pamploneses, pocos, la mayoría tiene preocupaciones más a ras de suelo, confiesan sus traumas.
Uno de ellos nos cuenta que, al subir por la Curia, baja avergonzado la cabeza como evitando la visión de un ser deforme. Otros piensas en el desatino de una fachada neoclásica en un templo gótico, sin pensar que en su pueblo, su magnífica iglesia es un edificio románico con una esbelta y soberbia torre barroca. El erudito local recoge en un extenso artículo lo que dijeron sobre ella los visitantes extranjeros de otros siglos, la mayoría románticos del XIX aquejados del mal del gótico, a poder ser en ruinas y con hiedra.
Un Victor Hugo vociferante, desaforado y energúmeno se permite decir sobre la fachada de la catedral de Pamplona lo que ninguna persona educada diría sobre ese mueble de familia, de dudoso gusto, que adorna la sala sus anfitriones. Bien es cierto que la opinión de Victor Hugo es tan válida como la que pudiera tener Ventura Rodríguez sobre la Literatura Francesa del XVIII.
Sobre la catedral de pamplona sólo me queda decir que su interior, incluido su tan alabado claustro, nunca figuraran, para ilustrar el estilo gótico, en un libro de Historia del Arte. Sin embargo, siempre recordaré que su fachada, junto con el edificio hoy destinado a Museo del Prado, se mostraban como las mejores obras del neoclásico español en mi libro de bachillerato de Historia de Arte.
Uno de ellos nos cuenta que, al subir por la Curia, baja avergonzado la cabeza como evitando la visión de un ser deforme. Otros piensas en el desatino de una fachada neoclásica en un templo gótico, sin pensar que en su pueblo, su magnífica iglesia es un edificio románico con una esbelta y soberbia torre barroca. El erudito local recoge en un extenso artículo lo que dijeron sobre ella los visitantes extranjeros de otros siglos, la mayoría románticos del XIX aquejados del mal del gótico, a poder ser en ruinas y con hiedra.
Un Victor Hugo vociferante, desaforado y energúmeno se permite decir sobre la fachada de la catedral de Pamplona lo que ninguna persona educada diría sobre ese mueble de familia, de dudoso gusto, que adorna la sala sus anfitriones. Bien es cierto que la opinión de Victor Hugo es tan válida como la que pudiera tener Ventura Rodríguez sobre la Literatura Francesa del XVIII.
Sobre la catedral de pamplona sólo me queda decir que su interior, incluido su tan alabado claustro, nunca figuraran, para ilustrar el estilo gótico, en un libro de Historia del Arte. Sin embargo, siempre recordaré que su fachada, junto con el edificio hoy destinado a Museo del Prado, se mostraban como las mejores obras del neoclásico español en mi libro de bachillerato de Historia de Arte.
17 febrero 2007
a favor de Linux
Me sorprendió El País recientemente con dos hechos, uno positivo y el otro decepcionante por haber perdido la ocasión de demostrar la veracidad de los datos del primero.
El primero no es otro que la noticia del pasado jueves, 8 de febrero, Linux, tan útil como Windows, en el que se añadía, que "el sistema operativo de código abierto se hace cada vez más sencillo. Éstas son algunas de las aplicaciones -gratis- que sustituyen fácilmente a las de Microsoft" y animaba a sus lectores a probarlo, para lo que proporciona la descarga de la última versión de Ubuntu, una de las más populares de las ditribuciones de Linux.
Pero el domingo siguiente vino la desilusión, que pudieran haber titulado Ayudar al opulento, en forma de unos magníficos fascículos sobre el recién lanzado Windows Vista, sistema operativo en las antípodas de Linux en cuanto al código abierto y la gratuidad. Algún día escribiré sobre mis relaciones con Bill Gates, al que conozco, no personalmente, desde nuestros inicios comunes en la informática.
Linux se merece que las administraciones estatales y las de las comunidades autónomas, especialmente las de educación, algunas ya lo han hecho, lo promuevan para ahorrarse cuantiosos gastos y capaciten a la población para el uso de un material gratuito.
Los Departamento de la Competencia y las Asociaciones de Consumidores debieran presionar para que se prohibiera la venta de ordenadores con
el sistema operativo ya instalado de fábrica. Con esto se conseguiría
que los ordenadores fueran un 20% más baratos y que el consumidor
pudiera optar entre tres posibilidades: que le instalaran Windows
Vista (unos 300 €), que le instalaran una versión comercializada de
Linux (unos 65 €) llena de programas gratuito entre los que se
encuentra OpenOffice (otro ahorro de 300 € que cuesta Microsoft Office), o instalarse en casa Linux conseguido de manera gratuita en cualquier revista de informática, a través de sus amigos o descargándola de Internet.
La gran labor que podía hacer la prensa por medio de la publicación de fascículos dominicales, hacer a los lectores más sabios y, por tanto, más libres, al poder elegir lo que más les conviniera a ellos y no lo que les conviene a otros.
El primero no es otro que la noticia del pasado jueves, 8 de febrero, Linux, tan útil como Windows, en el que se añadía, que "el sistema operativo de código abierto se hace cada vez más sencillo. Éstas son algunas de las aplicaciones -gratis- que sustituyen fácilmente a las de Microsoft" y animaba a sus lectores a probarlo, para lo que proporciona la descarga de la última versión de Ubuntu, una de las más populares de las ditribuciones de Linux.
Pero el domingo siguiente vino la desilusión, que pudieran haber titulado Ayudar al opulento, en forma de unos magníficos fascículos sobre el recién lanzado Windows Vista, sistema operativo en las antípodas de Linux en cuanto al código abierto y la gratuidad. Algún día escribiré sobre mis relaciones con Bill Gates, al que conozco, no personalmente, desde nuestros inicios comunes en la informática.
Linux se merece que las administraciones estatales y las de las comunidades autónomas, especialmente las de educación, algunas ya lo han hecho, lo promuevan para ahorrarse cuantiosos gastos y capaciten a la población para el uso de un material gratuito.
Los Departamento de la Competencia y las Asociaciones de Consumidores debieran presionar para que se prohibiera la venta de ordenadores con
el sistema operativo ya instalado de fábrica. Con esto se conseguiría
que los ordenadores fueran un 20% más baratos y que el consumidor
pudiera optar entre tres posibilidades: que le instalaran Windows
Vista (unos 300 €), que le instalaran una versión comercializada de
Linux (unos 65 €) llena de programas gratuito entre los que se
encuentra OpenOffice (otro ahorro de 300 € que cuesta Microsoft Office), o instalarse en casa Linux conseguido de manera gratuita en cualquier revista de informática, a través de sus amigos o descargándola de Internet.
La gran labor que podía hacer la prensa por medio de la publicación de fascículos dominicales, hacer a los lectores más sabios y, por tanto, más libres, al poder elegir lo que más les conviniera a ellos y no lo que les conviene a otros.
Etiquetas:
Linux
16 febrero 2007
después de tanto tiempo
Animado por dos jóvenes a los que atormento con mis monólogos de sobremesa vuelvo a este blog que abandoné, hace ahora justo un año. Posiblemente los que me animan a continuar con la tarea de escribir, en el fondo piensan, que mientras escriba no hablo. Ellos después ya leerán, con la dedicación que quieran prestarle, los artículos que salgan de mis dedos, que no son tan rápidos como mi lengua.
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