Van a limpiar la fachada de la catedral. Con tal motivo, algunos pamploneses, pocos, la mayoría tiene preocupaciones más a ras de suelo, confiesan sus traumas.
Uno de ellos nos cuenta que, al subir por la Curia, baja avergonzado la cabeza como evitando la visión de un ser deforme. Otros piensas en el desatino de una fachada neoclásica en un templo gótico, sin pensar que en su pueblo, su magnífica iglesia es un edificio románico con una esbelta y soberbia torre barroca. El erudito local recoge en un extenso artículo lo que dijeron sobre ella los visitantes extranjeros de otros siglos, la mayoría románticos del XIX aquejados del mal del gótico, a poder ser en ruinas y con hiedra.
Un Victor Hugo vociferante, desaforado y energúmeno se permite decir sobre la fachada de la catedral de Pamplona lo que ninguna persona educada diría sobre ese mueble de familia, de dudoso gusto, que adorna la sala sus anfitriones. Bien es cierto que la opinión de Victor Hugo es tan válida como la que pudiera tener Ventura Rodríguez sobre la Literatura Francesa del XVIII.
Sobre la catedral de pamplona sólo me queda decir que su interior, incluido su tan alabado claustro, nunca figuraran, para ilustrar el estilo gótico, en un libro de Historia del Arte. Sin embargo, siempre recordaré que su fachada, junto con el edificio hoy destinado a Museo del Prado, se mostraban como las mejores obras del neoclásico español en mi libro de bachillerato de Historia de Arte.
2 comentarios:
No conozco a nadie a quien le guste la fachada de la Catedral de Pamplona.
Desde un punto de vista academicista y como testimonio de un estilo artístico concreto, puede tener su valor; pero no cabe duda de que desde un punto de vista estético deja bastante que desear (por decirlo de una manera suave) y no ha calado en los gustos de la gente.
Pero lo peor es que muchas personas cometen el tremendo error de judgar el interior de la Catedral (sin conocerlo) basándose únicamente en la fachada. Y es que, con esta pésima “tarjeta de visita” que es la fachada, muchas personas no sienten ningún deseo de conocer el magnífico interior gótico de esta catedral, y lo menosprecian de manera totalmente injusta.
No echaré toda la culpa de esto a la fachada, pero creo que ésta no ha contribuido en nada a que los pamploneses conozcan y valoren este magnífico monumento de incalculable valor histórico y artístico que es nuestra magnífica Catedral.
El que inicus no conozca a nadie que le guste la fachada de la catedral de Pamplona no quiere decir gran cosa. Es más fácil conocer a alguien que haya perpetrado un atentado contra el buen gusto al hacerse su vivienda unifamiliar en Gorraiz o en su pueblo de origen.
Frente al conocimiento de los expertos en Arte que escribieron la Historia de Arte que yo citaba, contrapone la opinión de la gente en cuyo gusto no ha calado una obra maestra del neoclasicismo español. Como enseñaron los amantes de la sabiduría, los filósofos clásicos, el conocimiento es lo opuesto a la opinión y, ya sabemos, el poco valor que daban a ésta última.
Si por algo se caracteriza una obra academicista (sic) es por la sujeción estricta a los cánones estéticos. De todas formas, no seré yo quien enmiende la plana, sobre el punto de vista estético, a Ventura Rodríguez o Juan de Villanueva
Me gustaría saber si esa gente a la que alude inicus, cuando va a Madrid, dedica una hora a visitar el Museo del Prado y, especialmente me gustaría saber, si dedican media hora a admirar esa obra maestra del neoclasicismo que es el edificio mismo, obra del arquitecto Villanueva.
Publicar un comentario