El mesonero, su mujer y su hija y los pajarillos que tan amorosamente cuidaba han abandonado el nido. El mesón está en en la encrucijada de la una carretera nacional y otra comarcal lo que proporcionaba una numerosa clientela, aparte de los de Urtala y otros tres pueblos vecinos que se encuentran a tiro de piedra. También pasa el Camino de Santiago que se llena de peregrinos desde el principio de la primavera y hasta el fin del otoño.
La reciente construcción de una autovía acabó con los clientes de la carretera nacional que ahora, de golpe, ha pasado a ser un camino rural. Los ingresos ya no daban ni para alimentar a las cardelinas, tarines y verderones y el mesonero con su familia y sus pajarillos ha volado a la ciudad vecina. El lugar ha quedado en un silencio imponente.
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