Hoy en un programa del corazón, Channel4, vuelven a la carga. Difunden la alarma a los ya alarmados padres españoles: la culpa es de Internet, la policía inglesa pone en guardia a los padres para que vigilen que hacen sus hijos. Un contertulio algo más sensato intenta poner algo de sensatez. Les hace ver que esto ya ocurría antes de que existiera Internet y también podían haberse comunicado reuniéndose en una plaza, en un bar o por carta.
Ni por un momento se les ocurre profundizar en la personalidad, preparación y futuro de estos jóvenes. Si fueran unos jóvenes como todos, hubiera habido miles de suicidios en esa pequeña ciudad galesa.
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