Ayer las cosas que tenía que hacer fuera de casa sólo eran superadas por las que tenía que hacer en ella. Así que un día más me quede sin salir. El tiempo tampoco acompañaba.
Café, tostada con mermelada y prensa. El periódico local con el que más que leer se abanica, porque no se encuentra donde detenerse un momento a leer algo. Una página, otra página, otra página, las de deportes en bloque, esquelas, agenda y televisión y ya estamos en la contraportada.
Lectura del correo-e, de los blogs y trabajo atrasado en el ordenador. Cuando termino yaa es la hora de comer. Hoy sin Martini Bianco en el Anaitasuna.
Por la tarde tarea de laúd. Pero Dios mío, cuando voy a aprenderme la nota que representa esa golondrina posada en el alambre más alto del tendido eléctrico. Y eso no es más que la mitad del problema, porque en qué cuerda del laúd y en que traste se encuentra esa nota. A practicar.
Alterno el laúd con el ordenador. Quiero hacerles una sitio web a los de la Asociación Musical donde voy a recibir clases. Vuelvo a la tarea del diseño de las páginas y a la maldición de Sísifo de subirlas al lugar de alojamiento. Ahora hay pocos lugares donde puedan alojarse gratis las web personales y al único que encuentro hay que pagarle el peaje de soportar publicidad. Para evitar esto, leo en un foro Todoweb que basta con añadir al final de cada página unas líneas en código HTML. El resultado puede ser errático –dice. Así es. Media tarde de trabajos de internet perdida. ¡O no!
2 comentarios:
Yo pasé casi un años en esos trabajos que dices de internet perdido en cierto periódico que preconoba lo contrario a la parcialidad (aunque luego hiciera justamente lo opuesto). Asi que fijate... Eso sí, al menos me pagaban.
Ay!! qué poco agradecida es la informática. Pero cuando funciona...
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