En un diario local aparece un artículo titulado La aventura de la historia de Ramón Felones que arranca con una afirmación aventurada. "La historia es una disciplina científica que hoy goza de un gran predicamento, dotada de un riguroso método".
No dudo que la historia esté dotada de un riguroso método, pero también hay que decir que nada tiene que ver su método con el método científico, basado, desde Galileo, en la prueba empírica y el lenguaje matemático.
La historia podría compararse con el periodismo, también dotado de un riguroso método. Mientras la historia nos informa del pasado, el periodismo lo hace de la actualidad. Claro que también las antiguas Escuelas de Periodismo han pasado a llamarse Facultades de Ciencias... de la Información y es que es tal el prestigio de las ciencias que las dignísimas y venerables Letras y Humanidades se sienten hoy día acomplejadas. Hoy por hoy, ni la Economía es una ciencia.
2 comentarios:
Podría pensarse que el estudio de la Historia está menos sometido a enjucimientos que el del Periodismo. Parecería más sencillo contar los hechos presentes, pues allí están para verlos, contrastarlos, compararlos y dilucidar si se nos ha dado gato por liebre. Siempre andamos suspicaces ante ese relato del presente, pero no tanto con el recuento de la Historia, al que solemos enfrentarnos con menos talante crítico. Podría pensarse que lo pasado, la Historia, se veía con la distancia suficiente como para acercarse a su estudio con una cierta objetividad honesta, la búsqueda del conocimiento, y no de la verdad. Aquello ha cambiado con la proliferación de Píos Moas vs. Paul Preston's o Hugh Thomas'es. Qué quiero decir con todo esto? No lo sé. Que no tenemos ni idea de nada, básicamente, y que las generaciones futuras menos aún, con los paupérrimos contenidos que los planes de educación les proveen. ¿Qué sabemos de España como potencia colonizadora? ¿Fue honrada o salvaje?
Dada por sentada la búsqueda del conocimiento de unos hechos la dificultad es otra. Si ya es difícil en Periodismo investigar los hechos disponiendo de innumerables testigos vivos, la Historia dispone de muy pocos, que escribieron unas crónicas por encargo y seguramente con métodos no muy rigurosos.
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