Hay personas que una mezcla de ignorancia, resentimiento, envidia y desazón les hace ir soltando verdades como bofetadas. Esta agresividad incontenida la quieren disimular, ante los demás y para sí mismos, de sinceridad.
Nada más lejos de la realidad. De nada vale decirles que se guarden decir la verdad para cuando tengan que declarar, bajo juramento, ante el juez. A los demás, no suele interesar nada su opinión, opinión de pobres ignorantes que, por ignorar, ignoran hasta la virtud del silencio.
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