Introducción
Aquí comienza el primer libro del esforzado caballero Amadís, hijo del rey Perión de Gaula y de la reina Elisena.
No muchos años después de la Pasión de nuestro Redentor y Salvador Jesucristo, hubo un rey muy cristiano en la pequeña Bretaña, por nombre llamado Garinter, el cual, siendo en honor a la verdad acompañado de mucha devoción y buenas maneras. Este rey tubo dos hijas con una noble dueña su mujer, y la mayor casada con Languines, rey de Escocia, y fue llamada la dueña de la Guirnalda, porque el rey su marido nunca la consintió cubrir sus hermosos cabellos sino con una muy rica guirnalda, tanto le gustaba de verlos; de quien fueron engendrados Agrajes y Mabilia, que así de uno como caballero y de ella como doncella en esta gran historia mucha mención se hace. La otra hija, que Elisena fue llamada, era en gran cantidad mucho más hermosa que la primera; y comoquiera que de muy grandes príncipes en casamiento fuese demandada, y nunca con ninguna de ellos casar quiso, ante su retraimiento y santa vida dieron motivo a que todos beata perdida la llamasen, considerando que persona de tan gran guisa, dotada de tanta hermosura, de tantos grandes por matrimonio demandada, no le era conveniente tomar tal estilo de vida. Pues este dicho rey Garinter siendo de asaz crecida edad, por dar descanso a su ánimo algunas veces al monte y a la caza iba. Entre las cuales saliendo un día desde una villa suya que Alima se llamaba, siendo desviado de las armadas y de los cazadores andando por la floresta sus horas rezando, vio a su siniestra una brava batalla de un solo caballero que con dos se combatía, él conoció a los dos caballeros que sus vasallos eran, que por ser muy soberbios y de malas maneras y muy emparentados, muchos enojos de ellos había recibido. Mas aquél que con ellos se combatía no lo pudo conocer y no fiándose, tanto en la bondad del uno ni que el miedo de los dos se quitase, apartándose de ellos la batalla miraba, al fin de la cual por mano de aquél los dos fueron vencidos y muertos. Esto hecho el caballero se vino hacia el rey y como solo lo viese, le dijo:
—Buen hombre, ¿qué tierra es ésta, que así son los caballeros andantes asaltados?
El rey le dijo:
—No os maravilléis de eso, caballero, que así como en las otras tierras hay buenos caballeros y malos, así los hay en ésta, y esto que decís no solamente a muchos han hecho grandes males y desaguisados, mas aun al mismo rey su señor sin que de ellos justicia hacer pudiese; por ser muy emparentados han hecho enormes agravios y también por esta montaña tan espesa donde se acogían.
El caballero le dijo:
—Pues a ese rey que decís vengo yo a buscar de lejana tierra y le traigo nuevas de un gran amigo suyo, y si sabéis dónde hallarlo pueda, os ruego que me lo digáis.
El rey le dijo:
—Comoquiera que acontezca no dejaré de deciros la verdad, sabed ciertamente que yo soy el rey que demandáis.
(continuará)
1 comentario:
Sería interesante saber cuáles han sido los cambios que ha sufrido el texto
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