18 agosto 2007

mecanografía

Me ve Bro escribir a ordenador y no puede por menos que reprochar mi técnica. Me dice que así no escribe un escritor. Le doy la razón, un escritor escribe con los dedos índices, dudando mucho si bajará el izquierdo o el derecho y mordiéndose la lengua para que el dedo al fin acierte en la tecla. Cosa que no hace todas las veces, terminando muchas de ellas entre las teclas de su vieja máquina de escribir. Luego viene el doloroso trabajo de rescatar el dedo de las fauces de la olivetti.

Bro, en cambio, escribe con los diez dedos que se mueven sobre el teclado con la velocidad de un rapidísimo rasgueo de guitarra. Para devolverle la puya le digo que escribe como una secretaria. Duelos dialécticos, batallas de ingenio. Fruslerías.

De todas formas me ha herido mi amor propio, y aunque no escribo lento ni uso sólo dos dedos, decido descargarme algún programa de mecanografía para hacer ejercicios que mejoren mi técnica y aumenten la velocidad y precisión de mis pulsaciones. Y en esas estoy, llevo ya dos días. ¿No notan que ya tecleo más rápido y preciso?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aprendí a escribir, en el sentido técnico de la cuestión, gracias a un programita que traía un viejo Mac. Te iba indicando cómo cada letra tiene asignado un dedo, y como un organillo Casio, te guiaba para que escribieras correztamente cada letra con según que dedo, como un Joaquín Zabalza de la mecanografía.

Aplaudo la puyita de Bro. Hay cosas que deberíamos aprender sí o sí, como es a teclear, pues en ello nos va más de mil ratos a lo largo del día. Me desespera ver a esos periodistas o hombres de tecla (decir de letras sería mucho decir), mirando fijamente el teclado con los dos dedicos en tensión, rebuscando y rebuscando la letra adecuada. No cuesta nada aprender a escribir bien, y se agradece la nueva velocidad adquirida. Se nota que el urtaliano mayor se ha puesto manos a la obra, y que con la nueva técnica produce nuevos frutos, cual cosechadora ultraveloz. Bravo.